Sin duda la característica estrella de la FP es la variedad de alumnado que accede. Podemos encontrarnos por una lado una distinción por edades (jóvenes que han terminado sus estudios, jubilados con tiempo libre que quieren estudiar, adultos que necesitan el CF por diversos motivos profesionales), por situaciones personales (madres y padres de familia, trabajadores en activo, desempleados, alumnado con poca motivación, alumnado solo interesado en titular para acceder a otras enseñanzas...) o por nivel de estudios (alumnado que accede con bachillerato, por prueba de acceso o por la Universidad...) y ya si el ciclo es bilingüe, hay que distinguir también desde un alumno con A1, hasta una alumna con C2. Esto hace que cada curso sea un reto, para todos y todas. Es fundamental por tanto, un proceso que respete todos los ritmos de aprendizaje que nos podemos encontrar.

Siempre he pensado el gran coste de oportunidad que tiene para mi alumnado el estar ahí en el Centro, durante 6 horas y media, cinco días a la semana. Ese tiempo que no pueden emplear en otras opciones como podrían ser trabajar, estudiar algo distinto, o en otro Centro, aprender un idioma en el extranjero o simplemente dormir (esta tiene un alto coste las primeras horas). Y es que, la FP es de libre elección y si están ahí cada día, los docentes tenemos la obligación moral de que merezca la pena que nos hayan elegido. En este sentido, siempre he tenido la visión de que mi alumnado son mis clientes y que tengo que darles la máxima calidad en mi trabajo. ¡Hagamos que su coste de oportunidad sea cero!

Hay que recordar que en marzo del segundo curso, este alumando se incorpora a una empresa para realizar su Formación en Centros de Trabajo. Con suerte, será contratado cuando acabe pues la fecha cocindice con la temporada alta en turismo. Pero he visto numerosos casos en los que no lo consiguen por, según la empresa, estar demasiado verdes... y es que nos centramos tanto en los contenidos y en los exámenes, que se nos olvida que estamos formando personas que se incorporan a una parte muy importante de la sociedad. Tenemos que formar en competencias profesionales, claro que sí, pero no se nos pueden olvidar las actitudes, las habilidades, las habilidades blandas y los valores. Creando personas válidas integralmente, personas 360.

Es muy importante recordar que los docentes que impartimos clase en los CF somos muy heterogéneos, igual que el alumando o más . Para empezar, estamos los de secundaria, pasando por los profesores técnicos, los de inglés o los de FOL. Sin duda, es complicado que trabajemos igual, e incluso ni parecido. A nuestro favor he de decir también que no hemos estudiado ni una sola asignatura en nuestras carreras sobre pedagogía. Somos especialistas en lo nuestro y de repente un día, tras un curso de 6 meses (antiguo CAP) , te ponen al frente de una clase. Tenemos que formarnos a posteriori, utilizando la fomación a nuestro alcance, o de manera autodidáctca, lo cual implica un gran esfuerzo. Así que tiene mucho mérito estar a la vanguardia y querer siempre ser mejor profesional, mientras vas cambiando de módulo cada curso. Además, a veces, llegamos a centros donde sí se apuesta por la FP y a otros...donde no tanto. Otro reto más para nuestra lista.